Hay tantas formas de salir del armario como personas en el mundo, y esto no es una excepción en la comunidad LBTQ+. Es algo por lo que parece que tarde o temprano todes pasamos. Por eso, des del Café LBT nos propusimos sacar a la luz nuestras experiencias y compartirlas, encontrar puntos en común y diferencias para entender cómo siendo similares, siempre hay diferencias individuales.
Hablando descubrimos también que no solo la mayoría salimos del armario una vez, sino que lo hacemos constantemente, y no siempre es igual de fácil; cada entorno es distinto y la experiencia puede variar mucho. No es lo mismo la familia que los amigos, o el trabajo, u otros ámbitos. Además, mientras las personas lesbianas suelen ser más visibles, las bisexuales pueden estar más invisibilizadas si mantienen una relación con una persona del sexo opuesto, lo que puede ser una ventaja o un inconveniente. Y en cambio, cuando hablamos de experiencias relacionadas con el VIH, salir del armario puede sorprender a nuestro entorno en el caso de personas lesbianas mucho más que en el de bisexuales, debido a la idea equivocada que se tiene sobre las relaciones sexuales lésbicas y los métodos de barrera en ellas.
Lo que sí tenemos todes en común, y así expresamos, es la falta de referentes: aunque cada día vayan aumentando, es una sensación generalizada: no hay ejemplos sobre la Comunidad LBTQ+ suficientes para que las todas personas puedan llegar a elles. Incluso cuando hay, como en las películas, las personas lesbianas o bisexuales siempre acabamos muertas, o teniendo problemas.
Tal es así que hasta se manifiesta en algo tan importante como es la comunidad médica. Muchas pasamos por la consulta de ginecología y al expresar nuestra orientación sexual encontramos una variedad de reacciones entre las cuales siempre duele destacar la incertidumbre. Les médiques se cuestionan por qué estamos allí si tenemos relaciones sexuales con mujeres o vulva-vulva, haciéndonos sentir fuera de un sistema que solo contempla relaciones sexuales heterosexuales o pene-vulva.
Y todas coincidimos también en que hay una manera de tirar adelante y enfrentarnos a estas situaciones: Empoderarnos. Y fue justo lo que hicimos. Oír a otra persona explicar sus vivencias nos ayudó a entendernos mejor a nosotres mismes, a trabajar nuestra sororidad y a encontrar un espacio seguro donde sentirse libre de ser quien eres y cómo eres, y de no tener que cambiar nada para encajar. Y lo demuestran los sentimientos que todes expresamos al final de la sesión: agradecimiento, conocimiento, felicidad, empoderamiento, conexión, ganas de repetir, comodidad y sentir que podemos COMPARTIR. Y esto precisamente es lo que nos gusta del café LBT y que esperamos que vuelva a ocurrir en el siguiente encuentro, e irnos con las mismas buenas sensaciones a la cama.
Desde el grupo de Mujeres LBT de la ONG Stop Sida seguiremos trabajando para abordar la salud sexual de las mujeres desde un prisma más abierto e inclusivo. Si te interesa participar en nuestro grupo o contactar con nosotras escríbenos a: marta@stopsida.org
Os dejamos también enlace a nuestro último post Encuesta Muejeres LBT: Sensibilidades, placeres y problemáticas en torno a la salud sexual en Mujeres LBT y género disidentes.
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