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Crónica LBT: Navidades

Como se acerca la navidad, el grupo de mujeres LBT decidimos enfocar el café de este mes en el significado de las navidades LBT para nuestra comunidad. Sabiendo que las fiestas y reuniones familiares que suelen ocurrir en esta época pueden conllevar emociones y situaciones complicadas, quisimos hablar en un entorno seguro de cómo vivimos las navidades, qué herramientas tenemos para afrontar los momentos difíciles y cualquier otro tema que pudiera sugerir el grupo.

Empezamos por explorar qué sentimientos nos traen las fiestas. Más que la emoción típica, había una cierta sensación de ansiedad compartida por muches. Existe una presión general en las fiestas por estar contentes de tener la familia ‘perfecta’ o por lo menos la familia ‘normal’ con la cual pasar estos días, brindando y sonriendo mucho, al estilo anuncio de Navidad. Pero para nosotres, las reuniones familiares navideñas pueden añadir una presión sobre nuestra persona, unas expectativas sobre cada aspecto de tu vida, de tu ser.

Como en la sociedad en general, muchas de las expectativas que surgen en las fiestas surgen de la heteronormatividad. Tu familia espera que traigas una pareja (mejor una pareja heteronormativa) a casa, que te cases, que compréis una propiedad juntes y que tengáis hijes. Existe una obligación de traer buenas noticias a casa por Navidad, como empezar en un trabajo nuevo o un logro profesional que elles entiendan y reconozcan como logro. A la vez, hay expectativas específicas sobre cada aspecto de tu vida: hay que seguir la misma dieta de los demás, hay que llevar el pelo de cierta forma, hay que vestir de tal manera, etc. En resumen, hay que encajar perfectamente en su mundo.

Pero ¿qué nos pasa cuando nuestros valores y nuestras formas de ver el mundo no están alineadas con las de los demás? ¿Qué pasa cuando nuestras ambiciones para nuestras vidas no son iguales a las que los demás esperan de nosotres?

Nos podemos sentir marginadas. Puede ser que estemos apartades en el espacio, en la esquina a solas, o con el único otro miembro del colectivo de la familia, o apartades emocionalmente de aquelles que siempre nos han dicho que hay que tener más cercanes. La distancia que surge entre nosotres y nuestros familiares tiene dos caras: lo que elles quieren imponer y las defensas y resistencias que ponemos nosotres para protegernos.

Puede ser que elles te ignoren, o aún peor, que te pregunten cosas invasivas e inapropiadas sobre tu cuerpo o tus relaciones sexuales. Igual te dicen que puedes venir a la comida, pero tu pareja no. Puede ser más sutil también, puede ser que compartas una noticia que consideras buena — tu activismo LGBT+ o tu lucha por los derechos de las personas seropositivas, tu trabajo en temas que realmente te interesan, o una relación que te aporta mucho — y te encuentres con una mirada ausente y que las preguntas cesen. Desde ese momento no tienes ganas de compartir nada más.

Es en ese momento cuando debemos tomar la decisión sobre cómo participar en estas dinámicas que nos pueden llegar a doler. Hay que decidir responder o no a comentarios LGTBIfóbicos, racistas o problemáticos de cualquier forma y arriesgarse a ‘arruinar’ la comida

familiar, o quedarte con la frustración de no haber dicho lo que realmente pensabas. Porque si nos enfadamos frente a estas preguntas invasivas e inapropiadas, estamos loques y tenemos que tranquilizarnos.

Después de haber vivido esto varias veces, es normal que no te apetezca estar en esta situación otra vez: tal vez preguntas quién va a estar en las reuniones antes de decidir si ir o las evitas completamente. A lo mejor sí que vas, pero no participes en conversaciones con tu familia para no tener que oír sus opiniones ofensivas. O igual nunca has llegado a compartir tu orientación sexual con tu familia y este primer acto de esconder parte de tí crea más y más distancia entre vosotres.

Sí, la distancia viene de dos lados. Nos apartan y nos apartamos. Nos censuran y nos censuramos. Nos excluyen y nos excluimos.

De las experiencias difíciles que hemos vivido, una cantidad sorprendente de ellas se repiten. Con el tiempo hemos desarrollado estrategias y herramientas para enfrentarnos a estos momentos: muches de nosotres hemos estado encerrades en el baño en una cena navideña, a veces acompañades por una botella de vino o por une amigue a través de una llamada de socorro. Encontrar aliades en la familia ayuda mucho, como también ayuda utilizar las redes sociales para desconectar del entorno cuándo es tóxico.

Pero la decisión de responder a estas dinámicas tóxicas, aunque sea un peso que hay que llevar, también puede ser una oportunidad empoderadora. El primer paso — más fácil decirlo que hacerlo — es la aceptación. Cuando aceptas que tu forma de ser, de ver la vida, de definir el éxito aunque no esté de acuerdo con lo que opinen los demás, encuentras la libertad de apropiarse de estos aspectos de tu vida. Puedes aceptar que quieres a tu familia sin querer estar con elles. Hubo participantes que habían llegado a la conclusión que si sus familiares no les podían aceptar tal y como son, no les merecen, y que no aguantan más adaptarse o callarse para cumplir con las expectativas.

Puedes elegir con quiénes te vas a relacionar y con quiénes no, quiénes están o no invitados a tu casa y a tus cenas y celebraciones. Sí, puede ser que pierdas gente en el camino. Pero a la vez es posible formar una familia elegida, no de sangre, con quiénes pasar la Navidad totalmente a gusto.

Las fiestas intensifican muchas de las dinámicas que se dan en nuestra sociedad, sobre todo la presión de cumplir con la norma. Destacamos la importancia de priorizar la salud mental en estas fechas y de buscar redes de apoyo cuando hace falta, como el caso del café LBT como opción. Este último café LBT del año nos dejó con la sensación de estar acogides, de ser entendides y acompañades. Había mucha sabiduría en la sala, lo que hizo posible que algunes salieran con pensamientos cambiados relacionados con las fiestas y con nuevas estrategias para cuidarnos a nosotres mismes y entre nosotres. Seguro que tendremos mucho que contar y hablar durante el próximo año. Esperamos continuar las conversaciones en 2022!

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Desde el grupo de Mujeres LBT de la ONG Stop Sida seguiremos trabajando para abordar la salud sexual de las mujeres desde un prisma más abierto e inclusivo. Si te interesa participar en nuestro grupo o contactar con nosotras escríbenos a: [email protected]

Os dejamos también enlace a nuestro último post Crónica LBT: Violencias

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Stop

Stop fue creada por voluntarios y voluntarias LGTB+ en 1986 para dar respuesta a la pandemia del VIH/Sida y en solidaridad con las personas con VIH. Promovemos los derechos sexuales, facilitamos el empoderamiento en el cuidado de la salud sexual desde y para la comunidad LGTB+ y de mujeres trans y hombres que ejercen el trabajo sexual, a través del consejo asistido (counselling), de la prevención positiva y de la reducción de daños y riesgos. Ofrecemos diferentes servicios en respuesta a las necesidades expresadas por la comunidad, con el apoyo de un equipo de técnicos en salud sexual. Nuestros valores se basan en el reconocimiento de la autonomía de la persona y su carácter único dentro de la diversidad social; el compromiso, la cooperación, la solidaridad, la no discriminación, la justicia y la democracia.

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