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“El grupo de ayuda mutua me ayudó a ver que más gente había pasado por lo mismo, lo que me permitió normalizar mi situación”

Alejandro tiene 24 años y, aunque actualmente reside en Sabadell, procede de Colombia. Es representante de la Comisión de Acompañamiento Positivo (para personas recién diagnosticadas) de Stop Sida, organización a la que llegó como usuario del servicio de tarjetas sanitarias y padrón. Su paso por el Grupo de Ayuda Mutua de esta asociación le ha permitido empoderarse hasta llegar a formar parte de su voluntariado. 

 ¿Cuál era tu situación en Colombia?

En Colombia el acceso a la medicación para personas con VIH es complejo y existen elementos que lo dificultan. Si bien la medicación está financiada por el gobierno la estructura del sistema sanitario complica el acceso. El sistema de salud trabaja con empresas privadas y por zonas. Entonces, si yo estoy en Cali viviendo y tengo allí mi tratamiento, si quiero cambiar de ciudad porque me sale una oferta laboral tengo que reiniciar el proceso con una empresa distinta, lo que te limita bastante. Con todo, el gran problema es el estigma social asociado al VIH que es aún bastante fuerte.

Todo ello me llevó a situaciones que me ahogaron y me agobiaron bastante y decidí que al terminar mi formación universitaria iba a salir de Colombia buscando un sitio donde me garantizaran la medicación y el estigma fuese menor. Por medio de un contacto, pensé en España como opción y en Stop Sida como una entidad que podía ayudarme en todo el proceso. 

¿Cómo fue todo el proceso?

Mi médico me aconsejó que buscara oportunidades para una vida mejor saliendo del país. No sabía qué ni cómo tenía que hacer. Llegué un viernes a España y el lunes ya tenía cita con Stop Sida para que me ayudaran en mi nueva situación y lo hicieron en un primer momento con su servicio para la tarjeta sanitaria como con el del padrón. Incluso me preguntaron si tenía medicación en ese momento. Esos fueron los primeros pasos. En una de las entrevistas que me hicieron me explicaron que existía el Grupo de Ayuda Mutua por si quería ir. No sabía lo que era ni a lo que iba, pero digamos que a partir de ahí comenzó una segunda fase de mi estancia en España. 

Y todo este proceso ¿en cuánto tiempo? ¿cómo lo viviste?

Llegué en noviembre de 2019. Fue un cambio radical. Llegué y no tenía un plan. Sólo sabía que no quería pasar por algunas situaciones a las que me veía abocado en Colombia. En Colombia no participaba de ninguna asociación, ni actividad que tuviera que ver con el VIH. Ni mucho menos tenía un conocimiento amplio teórico sobre el tema. Ni tenía muy claro cuáles eran los antirretrovirales que me tomaba, por ejemplo, no sabía el nombre. Yo iba a por mi medicación y a casa. Nada más. Vivía bastante a parte del tema. Entonces cuando llego aquí di un paso adelante muy grande hacia el empoderamiento que supuso muchos cambios en mi vida. Tenía mucho lío interno y me retraía mucho. Este tema en Colombia lo vivía bastante solo. De hecho, en aquel momento no lo sabía nadie de mi familia, ni de mis amigos. 

¿Qué te aportó el Grupo de Ayuda Mutua (GAM) de Stop Sida y cómo fueron tus inicios en él?

En Colombia estaba como muy distanciado del tema. No lo hablaba con nadie y en mi primera reunión tenía muchos nervios porque no sabía de qué iba la cosa. Cuando yo llegué vi que los participantes hablaban con tanta naturalidad del tema, me sentí abrumado. Yo estuve muy callado y durante toda la sesión estuve tratando de entenderlo todo.

Aunque al principio entré súper asustado al grupo, cuando acabé vi que era muy interesante porque es un espacio seguro. Las personas que están allí no son de tu entorno habitual y puedes soltarte y decir lo que te dé la gana. Además, han vivido situaciones como las que has vivido tú y eso genera confianza. Te sirve para afrontar esta situación de cara. Además, te dan mucha información porque la desinformación también tiene un papel destacado en el estigma, no sólo en las personas que no tienen VIH, sino también entre las que sí lo tienen y en cómo lo vives tú mismo. 

En el grupo conviven personas de diferentes edades diagnosticadas en diferentes momentos y también de diferentes nacionalidades, pero con experiencias similares. Fue genial porque te encontrabas que cualquiera de los participantes contaba su experiencia o tú le podías contar la tuya, y sentías que eso mismo era lo que estabas pasando tú. Cuando lo vives sólo a veces piensas que estás en otro mundo, que estás loco y piensas que nadie te va a entender. Este espacio me ayudó a ver que más gente había pasado por lo mismo, lo que me permitió normalizar mi situación. El resultado ha sido muy positivo y ahora mismo estoy haciendo voluntariado. Soy representante de la Comisión de Acompañamiento Positivo de Stop Sida. 

¿Qué te motivó a hacerte voluntario?

Cuando participaba en el GAM, sabia que se quería crear una comisión de voluntariado. Lo que me gustó y me llamó la atención es que era un grupo de acompañamiento: era una oportunidad para hacer voluntariado en algo que a mi me faltó y que me hubiese ido muy bien. En la comisión ingresé después del verano, con una formación previa que me permite hacer acompañamientos primarios para personas recién diagnosticadas. Se trata de fomentar la ayuda entre iguales: un voluntario acompaña a la persona recién diagnosticada y a partir de su experiencia le permite resolver las situaciones nuevas que tiene que afrontar. Pero eso sí, siempre partiendo de escuchar la necesidad de quien requiera el acompañamiento.

¿Cómo ha cambiado tu vivencia todo este recorrido?

He ganado mucho, ya he podido hablar del tema con dos de mis amigos de Colombia y además de forma súper tranquila. Todo este recorrido me sirvió para darme cuenta que ni siquiera podía hablar de ello a mi entorno. Y si en algún momento regreso a mi casa, todo lo que me agobió sé que lo podré afrontar: tanto como poder hablar del tema como tener con quien comentarlo. Si me pasara alguna situación de discriminación sé que voy a poder levantar cabeza. Además, me siento útil: de no poder ni hablar sobre ello, a estar en una comisión en la que puedo ayudar a alguien que pueda haber pasado por la misma situación que yo pasé, es un cambio muy grande.

Entrevista realizada por Vicent Canet @vicentcanetmar, voluntario de la Comisión de Comunicación de Stop Sida.

Stop

Stop fue creada por voluntarios y voluntarias LGTB+ en 1986 para dar respuesta a la pandemia del VIH/Sida y en solidaridad con las personas con VIH. Promovemos los derechos sexuales, facilitamos el empoderamiento en el cuidado de la salud sexual desde y para la comunidad LGTB+ y de mujeres trans y hombres que ejercen el trabajo sexual, a través del consejo asistido (counselling), de la prevención positiva y de la reducción de daños y riesgos. Ofrecemos diferentes servicios en respuesta a las necesidades expresadas por la comunidad, con el apoyo de un equipo de técnicos en salud sexual. Nuestros valores se basan en el reconocimiento de la autonomía de la persona y su carácter único dentro de la diversidad social; el compromiso, la cooperación, la solidaridad, la no discriminación, la justicia y la democracia.

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