El Blog de Stop

¿Cómo es ser Putx Y LGTBIQ+?

El pasado 13 de julio se celebró en el Candy Darling Bar de Barcelona el evento “Orgullo Putx”, un espacio de diálogo abierto organizado por ONG Stop para visibilizar la realidad del trabajo sexual dentro del colectivo LGTBIQ+. La actividad comenzó con la proyección del cortometraje “Refracciones del deseo”, dirigido por la realizadora y bailarina exótica Romina Pistolas (2024). Se trata de una obra que desafía las generalizaciones y visiones estereotipadas sobre los clientes que acuden a los stripclubs, a partir de la voz y testimonio de su directora en primera persona. Luego de la proyección, se dio paso a un conversatorio a micrófono abierto junto a Gerard, Lola, Frank y Paola, quienes compartieron sus experiencias y respondieron a las preguntas del público asistente.

Que el trabajo sexual incomoda no es ningún secreto, y esa incomodidad impacta directamente en los derechos y en la calidad de vida de las personas que lo ejercen, una realidad que debería cambiar. Incomoda no porque nos preocupe que puede ser duro, como lo son tantos otros trabajos mucho más duros para quien los ejercen, sino porque aún hay a quien le cuesta aceptar que hay personas que lo eligen y que merecen, como cualquiera, ejercerlo con derechos y sin miedo. Lo que molesta no es tanto el trabajo, sino que haya trabajadoras sexuales que hablan por sí mismas, que tienen criterio, que piensan, que organizan su vida, que se vinculan, que aman y sufren como todo el mundo.

Y de esto nos hablaron en Candy Darling. Respondieron preguntas del público, escuchamos que una trabajadora sexual puede ser madre, estudiante, migrante, artista, activista, amiga. Puede enamorarse, tener una pareja, vivir una ruptura y sentirse rota por eso. Puede también estar orgullosa de lo que hace, o querer dejarlo. Puede tener un mal día y querer contarlo, como cualquier persona que trabaja y vuelve a casa con la cabeza llena.

Gerard, Lola, Frank y Paola nos hablaron claro: ser putx no es solo una cuestión de necesidad o supervivencia: también puede ser una elección consciente, un camino profesional y una forma de vida que requiere habilidades, límites y presencia. No todo el mundo está preparado para este trabajo, y eso no lo hace menos válido. Comunicar lo que haces, establecer reglas, marcar tus horarios y saber cerrar un servicio con claridad son gestos de competencia profesional que en muchas ocasiones te enseña tu red de apoyo, como puede ser ProtegerSex. Pero también hay una dimensión más profunda: ser putx y no sentirte mal por ello es, en muchos casos, un proceso de afirmación personal, espiritual incluso. No se trata solo de sexo, sino de sostener relaciones humanas complejas, cuidar de ti misme e intentar no verte afectade por los pensamientos, culpas y emociones de las que se nos hace depositaries. Porque ser puta no te quita humanidad; al contrario, te exige más conciencia, más coraje y más amor propio que muchas otras profesiones.

Y sí, el trabajo sexual puede ser duro. Pero no más ni menos duro que otros trabajos, algunos más precarizados que otros, pero siempre expuesto al juicio social o al desgaste emocional. No estamos hablando de romantizar nada. Estamos hablando de que la parte más difícil de tu trabajo no debería ser el trato social y la falta de derechos, de justicia social. Porque cuando una actividad que trabaja con la intimidad de las personas lo mínimo que puede hacer una sociedad democrática es garantizar que quienes la ejercen lo hagan con derechos.

Eso significa cotizar, acceder a la sanidad, poder facturar sin miedo, declarar impuestos sin que eso implique persecución. Significa tener un marco legal que permita poner límites, denunciar abusos, construir redes y negociar condiciones de forma clara. No es un privilegio: es lo esencial en cualquier trabajo.

Y el trabajo sexual es trabajo porque porque implica tiempo, esfuerzo, habilidades y responsabilidad, como cualquier otra actividad profesional. Se ejerce, se cobra y constituye el sustento, total o parcial, de muchas personas. Negarlo no elimina su existencia, sólo profundiza el estigma y la precariedad. Reconocerlo como trabajo no es un privilegio, sino una cuestión de justicia: significa garantizar derechos, poder facturar sin miedo, acceder a la sanidad, declarar impuestos sin persecución y establecer límites claros frente a los abusos. La dignidad laboral debe ser para todes.

El orgullo putx dentro del movimiento LGTBIQ+ es una exigencia política. No es solo una celebración. Es decir: existimos, trabajamos, nos sostenemos, y no queremos seguir en la sombra ni bajo tutela. Queremos que nuestro trabajo, sea elegido, o condicionado (como muchas otras personas preferirían trabajar en otros sectores al suyo) sea reconocido como válido, y ni más ni menos libre que la del resto de personas que aceptan un trabajo para vivir.

No estamos pidiendo comprensión paternalista ni salvación. Estamos pidiendo derechos laborales. Porque la libertad no se mide por lo que uno hace, sino por las condiciones en las que lo hace. Y hasta que no haya derechos para les trabajadorxs sexuales, la libertad será solo para algunes. Y no por el tipo de trabajo sino por la falta de derechos y el estigma al que socialmente relegamos al trabajo sexual.

Stop

Stop fue creada por voluntarios y voluntarias LGTB+ en 1986 para dar respuesta a la pandemia del VIH/Sida y en solidaridad con las personas con VIH. Promovemos los derechos sexuales, facilitamos el empoderamiento en el cuidado de la salud sexual desde y para la comunidad LGTB+ y de mujeres trans y hombres que ejercen el trabajo sexual, a través del consejo asistido (counselling), de la prevención positiva y de la reducción de daños y riesgos. Ofrecemos diferentes servicios en respuesta a las necesidades expresadas por la comunidad, con el apoyo de un equipo de técnicos en salud sexual. Nuestros valores se basan en el reconocimiento de la autonomía de la persona y su carácter único dentro de la diversidad social; el compromiso, la cooperación, la solidaridad, la no discriminación, la justicia y la democracia.

Añade un comentario

Se enviará un correo de verificación a la dirección indicada para poder aprobar tu comentario